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miércoles, 6 de junio de 2012

La sequía acaba con la cosecha de cereal en media provincia de Teruel

Agricultores del Bajo Aragón, la Hoya de Teruel y el Jiloca podrían dejar los campos sin segar para ahorrar costes

La falta de lluvias y las TERUEL. altas temperaturas registradas en los últimos meses han acabado con la cosecha de cereal en media provincia de Teruel. Las zonas más afectadas son el Bajo Aragón, donde prácticamente se ha perdido toda la producción; la Hoya de Teruel, en la que apenas podrá salvarse un 35% del cereal, la parte sur de las Cuencas Mineras y el Jiloca, cuyos agricultores calculan que el 60% de lo sembrado se ha secado. El secretario provincial del sindicato agrario UAGA, Bernardo Funes, calificó de «desastrosa» la situación en el campo turolense y aventuró que muchos agricultores, en particular aquellos que no tienen cosechadora propia, podrían optar por no recoger siquiera el cereal con el fin de ahorrar costes. Un agricultor de la zona de Teruel cuyos campos de cereal -170 hectáreas- están afectados por la sequía, Ramón Herrero, explicó que, por término medio, cuesta en torno a 50 euros cosechar cada hectárea de terreno. A ello hay que sumar el desembolso de la siembra, 300 euros en total, y los gastos por gasoil, fertilizantes y productos fitosanitarios. «No recuerdo una sequía así desde 2005. Aquel año no se segó porque no valía la pena», dijo Herrero. Las zonas menos dañadas por el déficit hídrico son Albarracín, la Serranía del Pobo y el Maestrazgo, donde, debido a las temperaturas más bajas propias de terrenos altos, el cereal recibió las últimas lluvias en la fase adecuada de su crecimiento. Sin embargo, en el Bajo Aragón, el calor hizo madurar prematuramente el grano y el agua llegó tarde, cuando la cosecha se había perdido. Los campos sembrados de cereal en el Bajo Aragón, en las Cuencas Mineras y en la Hoya de Teruel empezaron a adquirir color amarillo -propio de la última fase de maduración- hace varias semanas, cuando lo normal hubiera sido que la planta tuviera todavía color verde. Además, las espigas no han crecido. «La sequía ha sido la puntilla para los agricultores y más aún para los ganaderos, que se han visto obligados a comprar pienso por falta de pasto fresco», manifestaron desde el sindicato agrario. Bernardo Funes lamentó la pérdida de la cosecha en un año en que el cereal prometía unos buenos resultados. «Al principio, todo iba muy bien y en algunas comarcas de la provincia esperaban la cosecha del siglo, pero padecemos una sequía muy grave que ha dado al traste con todo», afirmó el sindicalista. 

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