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lunes, 12 de mayo de 2014

Un ex-granero del mundo tiene una gran oportunidad de recuperar su liderazgo en la producción de trigo

Hace años, Argentina era uno de los graneros más importantes del mundo, pero esa posición la perdió por las nefastas cosechas de los últimos años. Argentina pasó de ser el 5ª mayor exportador del mundo en 2000 a la posición décima en la actualidad, superado por EE.UU., Unión Europea, Canadá, Australia, Rusia, Ucrania, Kazajistan, India y Turquía.
Este resultado es consecuencia de que los dos últimos ciclos productivos fueron los peores de los últimos 100 años: en 2013/14 se sembraron 3,6 millones de hectáreas y se cosecharon 9,2 millones de toneladas según el Minagri . Además, en las últimas seis campañas hubo áreas de siembra muy inferiores de los registros históricos, que oscilaron en 6-7 millones de hectáreas
Los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) estiman que el actual podría ser un año muy favorable para la producción de trigo en la Argentina. Recuperar una proporción significativa de la superficie sembrada con el cereal permitiría el ingreso de divisas a fines de 2014 y principios de 2015, cuando se acaben los dólares de la soja. También daría recursos estratégicos a los productores, para cancelar deudas y financiar la siembra de granos gruesos.
La mayor siembra se podría concretar con facilidad gracias a la suficiente humedad que hay en los suelos de gran parte de la zona productiva, a partir de las abundantes lluvias otoñales. También favorecerían a los cultivos los pronósticos de un próximo fenómeno El Niño, que generalmente produce buenas precipitaciones para Sudamérica y escasas para Australia, el principal competidor en las exportaciones de trigo del Hemisferio Sur.
El escenario internacional también es favorable para los precios, porque los cultivos de EE.UU. están atravesando un período de sequía y se mantienen las dudas sobre el flujo de mercadería proveniente del Mar Negro, que hoy alcanza al 25 % de las exportaciones mundiales de trigo. Importantes países importadores de trigo como Egipto, que se abastecen en esa zona, podrían verse obligados a comprar a otros proveedores, entre los que podría figurar la Argentina. En el caso de contar con una producción importante, sin dudas abasteceríamos en primera instancia a Brasil, uno de nuestros principales socios comerciales que hoy se abastece de otros destinos.
La decisión de sembrar o no trigo se toma en Argentina las próximas semanas. Por ahora, el marco económico del cultivo da números muy justos, sobre todo en campos alquilados. No obstante, rápidamente se podría concretar un aumento de área sembrada si los productores perciben un cambio de timón en las políticas oficiales referidas al cereal, como la rápida liberación del mercado para el trigo del ciclo 2013/14, aún pendiente, y volver al sistema que permitía exportar sin restricciones cuantitativas, en un marco general de libre juego de la oferta y de la demanda en el mercado.

Fuente: Agrodigital

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