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lunes, 20 de agosto de 2012

El eslabón débil del mercado de las materias primas

Los ganaderos ahora no pueden mirar sólo por sus pastos y sus animales. Mirando hacia el otro lado del océano ven venir su desgracia: la gran sequía que asuela los Estados Unidos hace temer que sobrevenga una nueva crisis alimentaria mundial, que podría ser incluso más grave que la que se produjo en 2007 y 2008, pues los precios del maíz y la soja ya han sobrepasado en algunas jornadas los niveles que alcanzaron en esa fecha: el maíz ha subido en un mes un 40% su cotización en Chicago y la soja cotiza 215 euros/tonelada mas cara que en enero. Y de maíz y soja se componen los piensos que comen nuestras vacas, nuestros cerdos, nuestros pollos, ovejas y hasta nuestros conejos.
«En tan sólo un mes el precio de los piensos ha subido un 25% de media», advierte Abel Domínguez, ingeniero agrónomo y ganadero, que gestiona una explotación de vacuno y otra de porcino. «Para cebar a un ternero hacen falta entre 1.500 y 1.800 kilos de pienso y dicho esto ya queda claro que con la subida del pienso se ha ido cualquier rentabilidad que se pudiera esperar. Es una situación imposible».
Pese a ello, Domínguez reconoce que el sector del vacuno no es el que peor lo está pasando pues los precios de esta carne «no han sido malos a lo largo del año». Por el contrario, es el porcino ibérico el que está al borde el colapso hasta el punto de que el censo de cochinos está bajando de forma alarmante y en Andalucía hay ahora menos de la mitad de ibéricos de los que había en 2009.
José Manuel Roca, ingeniero agrónomo y experto en ganadería de Asaja Sevilla, explica que la raíz del problema es que el ganado se alimenta básicamente de piensos compuestos por cereales, sobre todo maíz, y soja. «Lo habitual -dice- es que un pienso esté formulado con un 60% de cereales (maíz) y un 20% de harinas extraídas de oleaginosas (soja). Y la situación actual es que tanto los cereales como la soja están por las nubes y en tendencia no sólo alcista, sino disparándose».
Las razones de estas subidas de precio son tres, según Roca: la sequía en Estados Unidos, que ha mermado no sólo la producción de maíz y de soja, sino que ha afectado a la calidad de los granos que se estima que va a ser baja. Y además, Estados Unidos ha anunciado que va a mantener la cuota de cereal que dedica a biocombustible; en segundo lugar, se ha producido una depreciación del euro frente al dólar que nos encarece la compra de estas materias primas de las que somos deficitarios; y en tercer lugar, contribuye a la subida de precios la mala cosecha nacional de cereales.
Otro dato que aporta Roca es que «el 50% del maíz que necesitamos lo importamos». La repercusión de todo esto en la ganadería es directa pues, como alega el técnico de Asaja, hay que tener en cuenta que el 80% del cereal que consumimos lo destinamos a la alimentación animal. Abel Domínguez añade otra causa de la carestía de los stock de soja y Orienpiensos: no hay te, sobre todo China, consume cantidades ingentes.
A corto plazo, los ganaderos no encuentran solución al problema, pues como dice Abel Domínguez, «los rumiantes (vacas y ovejas) aún pueden comer granos ensilados o forraje, aunque así no engordan y los índices productivos se caen al suelo, pero los monogástricos (cochinos, pollos, conejos) sólo se alimentan de piensos concentrados». Así, conforme suben los precios y las explotaciones ganaderas pierden rentabilidad, se van cerrando explotaciones y disminuyendo el número de animales. Los ganaderos no encuentran otra fórmula pues los préstamos ni los dan los bancos «ni los queremos la mayoría de los ganaderos», señala Domínguez.
Desde Asaja, José Manuel Roca mira el asunto con otra perspectiva y cree que hay soluciones que pasan por políticas valientes que, entre otras cuestiones, «legislen para evitar la especulación con los alimentos en los mercados de futuros, que es uno de los elementos que dispara los precios de los productos básicos, incluso más allá de lo que la escasez en un momento dado pueda provocar». En este sentido, Roca muestra un recorte de un periódico econóEn un mes el precio de los piensos ha subido un 25por ciento animal. mico que recientemente avisaba a los inversores de la oportunidad de invertir en futuros sobre bienes básicos del sector agrícola -en concreto soja y maíz- dado la gran escasez mundial que se prevé y la consecuente subida de precio.
En segundo lugar, el técnico de la organización agraria sevillana, asegura que el impacto de estas subidas se podría moderar si la UE se decidiera ya -como parece que va a hacer ante los informes científicos positivos- a permitir que vuelvan a los piensos las proteínas animales que están prohibidas desde que se desató la epidemia de vacas locas. Según explica, esto daría opción a que las proteínas en los piensos no vinieran obligatoriamente de la soja. En el mismo, sentido, Roca aboga por una mayor permisividad en Europa con los transgénicos que abaratarían los costes de la alimentación Una tercera opción que propone este ingeniero agrónomo es una política nacional que incentive los cultivos proteicos como la soja, pues actualmente tenemos una gran dependencia y la importamos sobre todo de Argentina. «¿Qué hubiera pasado si con el asunto de YPF se hubieran suspendido las importaciones?», cuestiona.
ASUNCIÓN FDZ. DE CASTILLEJO SEVILLA
Los piensos, por las nubes Cierre de explotaciones
Los ganaderos necesitan tener un ojo puesto en la Bolsa de Chicago, pues allí se juega el futuro de sus explotaciones
ABC
La sequía en Estados Unidos, la escasez de grano nacional y la especulación en los mercados de futuros disparan el coste de la alimentación animal Los piensos subieron en julio el 25% y se estima que soja y cereales sigan al alza

Fuente: Ibercide  En: ABC Sevilla

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