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lunes, 20 de agosto de 2012

Alarma económica en el sector agrario

La intención de Arias Cañete es que la cadena alimentaria no se rompa por el eslabón más débil
 
El sector de la agricultura y la ganadería lleva un lustro de reconversión y sinsabores. Casi se podría decir que, por su escasa competitividad con respecto a los mercados emergentes, vive ya acostumbrado a una continua crisis. Pero el encarecimiento reciente de las materias primas amenaza con agravar su fragilidad hasta puntos insostenibles, así que el Ejecutivo se ha puesto manos a la obra y ha puesto el foco en una batería de medidas para aliviar al campo. Así, en un movimiento sin precedentes cercanos, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, se va a reunir con la industria y los distribuidores para tratar de consensuar una estrategia que beneficie a los agricultores y ganaderos sin perjudicar demasiado a las empresas. Se intuye que la intención de Cañete es reequilibrar las fuerzas del sector agroalimentario para impedir que la cadena se rompa por el eslabón más débil. Esto se articulará mediante una Ley destinada a acabar con las "prácticas abusivas" que pudiera sufrir el campo. Esto sólo resultará positivo si no lesiona la normal competitividad entre empresas. Además, el Gobierno no debe caer en los cantos de sirena de los agricultores, que demandan unos precios mínimos para sus alimentos. Algo que claramente colisiona con los límites de la libertad de mercado y que no sólo alejaría a España del espíritu de la Ronda de Doha, sino que podría ser considerado como práctica colusoria. Otras medidas que quiere implementar el Ejecutivo son un nuevo reparto de los fondos europeos sin usar o aplicar ayudas a la financiación de las explotaciones agrarias. Cosas, ambas, que pueden resultar muy positivas si se hacen de forma horizontal y consensuada con todos los actores del sector. Por su dilatada experiencia europea, Arias Cañete sabe cómo conseguir que la UE racionalice los requisitos para recibir esos fondos (destinados al desarrollo rural, pero que no se liberan, por la incapacidad del sector público español para cofinanciarlos en pleno periodo de ajuste del gasto). Ésa es la clave, porque si Cañete se apunta un tanto en Bruselas, tendrá que tensar menos la cuerda con la industria y la gran distribución y los agricultores necesitarán menos ayudas.

Fuente: Ibercide  En: Expansión

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