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sábado, 1 de febrero de 2014

Los “farmers”, con la mira puesta en Brasil

Los productores de Estados Unidos invierten cada vez más en los países que producen alimentos, como Brasil y Australia. Una oportunidad que la Argentina podría aprovechar. (Por Clarin)
 
El agro norteamericano –el primero y más competitivo del mundo- ha tenido en los últimos 10 años los 
mayores niveles de ingreso de toda su historia.
Las exportaciones agrícolas estadounidenses alcanzaron el año pasado un récord de U$S 140.900 millones, como culminación de un ciclo de 5 años consecutivos (2009-2013), en que se incrementaron U$S 230.000 millones, con mejoras de 10%/15% por año.
Es obra de un salto de productividad que ha colocado al agro por encima de la industria en materia de innovación, sumada a la aparición de un superciclo de los commodities, en primer lugar de los alimentos, centrado en Asia, y en particular en China e India.
Los precios de las tierras agrícolas del Medio Oeste norteamericano (Illinois, Indiana, Iowa, Missouri, Ohio) han aumentado 75% desde 2009; y en los estados del norte (Kansas, Nebraska, Dakota del Sur, Dakota del Norte) se duplicaron. El precio de la tierra agrícola en Iowa o Illinois es hoy superior a los valores urbanos de Chicago.
Esta extraordinaria valorización disminuye las oportunidades de inversión de los farmers; y esta limitación ocurre cuando sus ingresos son los más elevados en términos históricos.
Por eso el agro estadounidense ha comenzado ahora a invertir fuera de Estados Unidos, a través de la creación de más de 50 fondos de inversión en los últimos 2 años. El objetivo es comprar o invertir en otros grandes productores agroalimentarios (Brasil, Ucrania, Australia, y quizá la Argentina, cuando resuelva su situación de crisis política interna). i
El consumo mundial de maíz per cápita ha aumentado 1,3% por año desde 1990; y el de la soja ha crecido 2,3% anual, encabezado por la harina de soja, que se ha expandido 4,5% cada 12 meses.
Los farmers tienen presente que los rendimientos globales de maíz aumentaron 1,4% por año desde 1990, pero que ese incremento ha sido en Brasil de más de 7% anual.
También Brasil es el país que más ha aumentado la superficie de tierra fértil orientada a la producción (20 millones de hectáreas desde 1990); y tiene otras 20 millones disponibles, prestas a producir, a condición de recibir una nueva ola de inversión, sobre todo en infraestructura y logística.
La diferencia fundamental de competitividad que existe entre la agricultura estadounidense y la brasileña reside en la estructura de costos de la producción colocada en los barcos exportadores.
Transportar una tonelada de granos por ferrocarril desde Mato Grosso al puerto de Santos cuesta U$S 100/ U$S 115. Hacerlo en EE.UU. sobre una distancia mayor (desde Kansas a Portland, Oregón) implica un costo de U$S 53/tonelada.
Se estima que el problema del agro brasileño está centrado, prácticamente de forma excluyente, en las limitaciones de infraestructura. El sector perdió una cifra mayor a U$S 4.900 millones en 2013, debido a sobreprecios y retrasos en la entrega de lo acordado.
Las ganancias de los farmers van a depender en los próximos 10/20 años del equilibrio entre productividad local e internacional, con un traspaso creciente del eje de gravedad desde Estados Unidos a los países emergentes, en especial Brasil. 
 
Fuente: FYO

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