Las máquinas vuelven a funcionar a máximo rendimiento para recoger la cosecha de cereal de invierno. Ya está avanzada en cebada y se inicia en trigo. En todo caso, la campaña se reactiva tras las tormentas de hace unos días, que provocaban un parón en las labores.
Parón no sólo en la recolección sino también en lo que se refiere a la siembra de la segunda cosecha de maíz.
El rendimiento que está saliendo en el cereal de invierno, en principio, es mejor que el previsto a finales de mayo. La cosa pintaba muy bien al comienzo de la primavera; sin embargo, pintaba muy mal tras los días de intenso calor que hubo en mayo, y que sofocaron el cereal.
Ahora los rendimientos no son tan malos.
Desde la zona de Lupiñén se aportan algunos datos de rendimiento. En cebada se han salvado los muebles con holgura, ya que se preveía un desastre (que allí se cifra en unos 3.000 kilos por hectárea). Finalmente los rendimientos se sitúan en torno a 4.900 kilos por hectárea. Una buena campaña está entre 5.000 y 6.000 kilos.
Eso sí, se han llevado a cabo a rajatabla tanto abonados como tratamientos. Ha sido una primavera de muchos problemas en los campos sin tratar.
En cuanto a guisante, la evolución de este cultivo se vio muy afectada por culpa del calor de mayo. El rendimiento se ha quedado por debajo de 2.000 kilos por hectárea.
Parón no sólo en la recolección sino también en lo que se refiere a la siembra de la segunda cosecha de maíz.
El rendimiento que está saliendo en el cereal de invierno, en principio, es mejor que el previsto a finales de mayo. La cosa pintaba muy bien al comienzo de la primavera; sin embargo, pintaba muy mal tras los días de intenso calor que hubo en mayo, y que sofocaron el cereal.
Ahora los rendimientos no son tan malos.
Desde la zona de Lupiñén se aportan algunos datos de rendimiento. En cebada se han salvado los muebles con holgura, ya que se preveía un desastre (que allí se cifra en unos 3.000 kilos por hectárea). Finalmente los rendimientos se sitúan en torno a 4.900 kilos por hectárea. Una buena campaña está entre 5.000 y 6.000 kilos.
Eso sí, se han llevado a cabo a rajatabla tanto abonados como tratamientos. Ha sido una primavera de muchos problemas en los campos sin tratar.
En cuanto a guisante, la evolución de este cultivo se vio muy afectada por culpa del calor de mayo. El rendimiento se ha quedado por debajo de 2.000 kilos por hectárea.
Fuente: DiariodelCampo
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